En la mayoría de los casos, el sexo de una célula no importa en la investigación. Las células generalmente reciben el mismo tratamiento independientemente de si son masculinas o femeninas. Sin embargo, existen algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, los genes específicos del sexo pueden expresarse de manera diferente en células masculinas y femeninas, y esto puede afectar los resultados de los estudios de investigación. Además, algunas enfermedades, como ciertos tipos de cáncer, pueden ser más comunes en un sexo que en el otro. En estos casos, es importante tener en cuenta el sexo de las células a la hora de diseñar y realizar estudios de investigación.