Las zanahorias silvestres originales eran en realidad blancas, moradas e incluso amarillas. Fue a través de siglos de cría y cultivo selectivos que surgió la zanahoria naranja. La transformación de zanahorias no anaranjadas a zanahorias anaranjadas se produjo principalmente en los siglos XVI y XVII en Europa, especialmente en los Países Bajos.
El desarrollo de la zanahoria naranja está estrechamente relacionado con el amor holandés por este color. Durante esa época, los horticultores holandeses, apasionados por la horticultura y la estética, cruzaron deliberadamente diferentes variedades de zanahorias para conseguir una tonalidad naranja más intensa. Este color naranja intenso era muy valorado y cultivado en honor a la familia real holandesa, en particular a la Casa de Orange.
Además, los carotenoides, los pigmentos responsables del color naranja, abundaban en las zanahorias seleccionadas. Estos pigmentos no sólo dieron a las zanahorias su tono vibrante, sino que también proporcionaron valor nutricional, incluida una rica fuente de betacaroteno, un precursor de la vitamina A.
A medida que la influencia holandesa se expandió a través del comercio y los intercambios culturales, la popularidad de la zanahoria naranja creció y finalmente se convirtió en la variedad predominante en muchas partes del mundo. Hoy en día, las zanahorias se cultivan y consumen ampliamente en todo el mundo, lo que las convierte en un alimento básico en muchas cocinas y un símbolo de buena salud y nutrición.