La producción de glucosinolatos y mirosinasa está regulada por una compleja red de genes. En los últimos años, los investigadores han identificado varios factores de transcripción clave que controlan la expresión de estos genes. Estos factores de transcripción están a su vez regulados por señales ambientales, como la luz, la temperatura y la presencia de herbívoros.
La coevolución de los glucosinolatos y la mirosinasa es un ejemplo fascinante de cómo las plantas han evolucionado para defenderse de los herbívoros. Esta carrera armamentista entre plantas y herbívoros se ha prolongado durante millones de años y ha dado lugar a la evolución de una amplia variedad de mecanismos de defensa de las plantas.