* Responsabilidad interna: Las democracias son más responsables ante sus ciudadanos que las no democracias. Esto significa que los gobiernos en las democracias tienen más probabilidades de ser castigados por los votantes si adoptan políticas agresivas o expansionistas.
* Restricciones institucionales: Las democracias tienen limitaciones institucionales que hacen más difícil para los líderes hacer la guerra. Por ejemplo, en Estados Unidos, el presidente debe consultar con el Congreso antes de declarar la guerra.
* Opinión pública: La opinión pública juega un papel más importante en las democracias que en las no democracias. Esto significa que es más probable que los gobiernos de las democracias escuchen las voces de sus ciudadanos al tomar decisiones de política exterior.
Sin embargo, otros académicos sostienen que no hay evidencia clara de que las democracias sean más pacíficas que las no democráticas. Señalan el hecho de que algunas democracias han participado en guerras e intervenciones militares, mientras que algunas no democracias han aplicado políticas exteriores pacíficas. También argumentan que los factores que a menudo se citan como promotores de un comportamiento pacífico en las democracias, como la opinión pública y las limitaciones institucionales, no siempre están presentes o son efectivos.
En conclusión, el debate sobre si las democracias se comportan de manera diferente a las no democráticas en política exterior es complejo y no está resuelto. Hay pruebas que respaldan ambos lados del argumento y la respuesta puede depender de circunstancias y factores específicos.