El veneno de estas medusas contiene una variedad de toxinas que pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen dolor, náuseas, vómitos, diarrea, calambres musculares y dificultad para respirar. En casos graves, las picaduras de medusa pueden provocar parálisis, insuficiencia cardíaca y la muerte. La potencia del veneno varía entre las diferentes especies de medusas y también puede depender de factores como el tamaño de la medusa, la cantidad de veneno inyectada y la sensibilidad del individuo al veneno.