1. Tasas de maduración: Las niñas suelen desarrollar habilidades lingüísticas y de alfabetización antes que los niños. Esta diferencia en las tasas de maduración podría manifestarse en mayores habilidades de lectura entre las niñas.
2. Influencias sociales: Los estereotipos de género pueden desempeñar un papel importante. Desde una edad temprana, a menudo se anima a las niñas a participar en actividades que implican leer, escribir y cuidar, mientras que a los niños se les dirige hacia actividades más activas y físicas. Estas expectativas sociales pueden influir en los intereses y habilidades de los niños.
3. Preferencias de lectura: Las niñas tienden a gravitar hacia contenidos literarios que se alinean con sus intereses, como historias con fuertes conexiones emocionales, desarrollo de personajes y temas relacionales. Los niños, por otro lado, a menudo prefieren materiales de lectura de no ficción o factuales, alineados con su interés típico en el conocimiento factual.
4. Experiencias educativas: En algunos casos, los docentes pueden tener prejuicios inconscientes que resultan en un trato diferenciado entre niños y niñas en el aula, favoreciendo inadvertidamente la participación y el desempeño de las niñas.
Es importante señalar que no todas las niñas superan a los niños en lectura, y no todos los niños tienen dificultades con la lectura. Existen variaciones individuales y muchos niños exhiben excelentes habilidades de lectura. Además, se debe cuestionar el concepto de estereotipos de género, ya que pueden limitar el potencial y las aspiraciones de las personas. Alentar tanto a niños como a niñas a explorar sus intereses y desarrollar sus fortalezas, independientemente de las expectativas basadas en el género, es crucial para fomentar un entorno de aprendizaje más inclusivo y equitativo.