Tamaño del cerebro grande en relación con el cuerpo: Tanto los pulpos como los humanos tienen cerebros relativamente grandes en comparación con el tamaño de su cuerpo. Esto sugiere que el tamaño del cerebro puede no ser el único factor que determina la inteligencia.
Complejidad y Plegado: El cerebro del pulpo es complejo, con múltiples lóbulos y regiones interconectados por una red de neuronas. Al igual que el cerebro humano, se pliega durante el desarrollo, lo que aumenta la superficie disponible para el procesamiento neuronal.
Neuronas: Los pulpos tienen una alta densidad de neuronas en su cerebro, aunque el número total es mucho menor en comparación con los humanos. A pesar de esta diferencia en cantidad, los mecanismos celulares y moleculares de las neuronas son notablemente similares.
Aprendizaje y Memoria: Tanto los pulpos como los humanos exhiben impresionantes capacidades de aprendizaje y memoria. Pueden aprender mediante la observación, el ensayo y error, e incluso el aprendizaje social, transmitiendo conocimientos a otros individuos. Los pulpos han demostrado la capacidad de resolver problemas, utilizar herramientas y adoptar comportamientos complejos que requieren planificación y previsión.
Procesamiento distribuido: El cerebro del pulpo exhibe un procesamiento distribuido, donde diferentes regiones son responsables de funciones específicas pero trabajan juntas para procesar información. Esta característica del procesamiento paralelo también se observa en el cerebro humano.
Ojos: Si bien la estructura de sus ojos es diferente, tanto los pulpos como los humanos tienen sistemas visuales muy desarrollados. Pueden percibir el color, tienen una excelente percepción de la profundidad y utilizan señales visuales para la navegación y la manipulación de objetos.
Flexibilidad: Los pulpos y los humanos son muy adaptables y flexibles en su comportamiento. Pueden modificar sus estrategias basándose en la experiencia y las circunstancias cambiantes.
Estas características compartidas sugieren que ciertas estructuras y procesos cerebrales relacionados con el aprendizaje, la memoria y la resolución de problemas pueden haber evolucionado de forma independiente en diferentes especies. Destaca la notable convergencia de la evolución del cerebro y la inteligencia en distintos organismos, ofreciendo información sobre las diversas formas que la inteligencia puede adoptar en todo el reino animal.