Los murciélagos pueden portar virus sin enfermarse porque su sistema inmunológico ha evolucionado para tolerarlos. Los murciélagos tienen temperaturas corporales más altas que otros mamíferos, lo que ayuda a inhibir la replicación de virus. Además, los murciélagos producen más anticuerpos que otros mamíferos, lo que ayuda a combatir las infecciones. Finalmente, los murciélagos tienen una tasa de renovación celular más alta que otros mamíferos, lo que significa que las células infectadas se reemplazan más rápidamente con células nuevas y sanas.
Estas adaptaciones permiten a los murciélagos portar virus sin enfermarse y también los convierten en importantes reservorios de virus. Se cree que los murciélagos son reservorios naturales de varios virus que pueden causar enfermedades en los humanos, incluidos la rabia, el Ébola y el virus de Marburg. Sin embargo, es importante señalar que los murciélagos no siempre transmiten virus a los humanos. De hecho, la mayoría de los murciélagos no son portadores de virus que puedan causar enfermedades en los humanos.