Los peces dorados (Carassius auratus) son un popular pez de acuario de agua dulce, pero pueden convertirse en una amenaza para la biodiversidad cuando se liberan en la naturaleza. Originarios del este de Asia, los peces dorados se han introducido en muchas otras partes del mundo, donde pueden competir con las especies de peces nativas por alimento y hábitat. También pueden hibridarse con especies de peces nativas, lo que lleva a una disminución de la diversidad genética.
Impacto en las especies de peces autóctonos
Los peces de colores son comedores voraces y pueden consumir una amplia variedad de alimentos, incluidos zooplancton, algas y pequeños invertebrados. Esto puede ponerlos en competencia directa con las especies de peces nativos por el alimento, lo que lleva a una disminución en la abundancia y diversidad de las poblaciones de peces nativos. En algunos casos, incluso se sabe que los peces dorados se alimentan de huevos y alevines de peces nativos.
Alteración del hábitat
Los peces de colores también pueden alterar su hábitat de manera que lo haga menos adecuado para las especies de peces nativas. Por ejemplo, pueden arrancar plantas de raíz, lo que puede provocar erosión y pérdida de hábitat para otros organismos acuáticos. También pueden producir grandes cantidades de desechos, que pueden contaminar el agua y hacerla inhabitable para otras especies de peces.
Hibridación
Los peces de colores también pueden hibridarse con especies de peces nativas, lo que puede provocar una disminución de la diversidad genética. La hibridación puede ocurrir cuando los peces de colores escapan de acuarios o estanques y se aparean con peces salvajes. La descendencia resultante puede tener una aptitud física reducida y ser menos capaz de competir con peces de raza pura por alimento y hábitat.
Conclusión
Los peces de colores pueden tener un impacto significativo en la biodiversidad cuando se liberan en la naturaleza. Su apetito voraz, la alteración del hábitat y la capacidad de hibridarse con especies de peces nativos pueden conducir a una disminución en la abundancia y diversidad de las poblaciones de peces nativos. Como resultado, es importante nunca liberar peces de colores en la naturaleza. Si ya no quiere sus peces dorados, búsqueles un nuevo hogar responsable, como una tienda de mascotas o una sociedad de acuarios.