1. Contaminación lumínica: La luz artificial nocturna, como la de las farolas, los dispositivos electrónicos y la iluminación interior, puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo de sueño-vigilia. Los niveles de melatonina aumentan naturalmente por la noche y disminuyen por la mañana, pero la luz artificial puede alterar este patrón.
2. Trabajo por turnos: Trabajar en horarios de turnos irregulares o rotativos puede alterar el patrón natural de sueño-vigilia del cuerpo, lo que provoca alteraciones del ritmo circadiano. Los trabajadores por turnos pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido y despertarse a horas regulares.
3. Productos químicos: Se ha descubierto que ciertos productos químicos, incluidos ciertos pesticidas, herbicidas y disolventes industriales, alteran la función del reloj circadiano tanto en humanos como en animales. Estas sustancias químicas pueden interferir con la producción o actividad de las proteínas del reloj o alterar las vías de señalización que controlan la función del reloj.
4. Metales pesados: La exposición a metales pesados, como el plomo y el mercurio, también se ha relacionado con la alteración circadiana. Los metales pesados pueden acumularse en el cuerpo e interferir con los procesos biológicos que regulan el reloj.
5. Contaminantes del aire: La contaminación del aire, en particular las partículas finas (PM2,5), se ha asociado con alteraciones de los ritmos circadianos. Las partículas PM2.5 pueden inducir estrés oxidativo e inflamación, lo que puede afectar la función de los genes y las proteínas del reloj.
6. Compuestos disruptores hormonales (EDC): Algunas toxinas ambientales, como el BPA, los ftalatos y las dioxinas, pueden actuar como disruptores endocrinos e interferir con las señales hormonales que regulan el reloj circadiano.
La alteración del reloj biológico puede tener diversas consecuencias para la salud humana, entre ellas:
- Alteraciones del sueño
- Función cognitiva deteriorada
- Reducción del rendimiento físico.
- Trastornos del estado de ánimo
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes.
- Función inmune deteriorada
- Reducción de la fertilidad
- Envejecimiento acelerado
Es importante señalar que los efectos específicos de las toxinas ambientales sobre el reloj circadiano pueden variar según el tipo de toxina, el nivel de exposición y la susceptibilidad individual.