1. Plegamiento y estabilización de proteínas:las chaperonas extracelulares ayudan en el plegamiento y estabilización adecuados de las proteínas secretadas en el espacio extracelular. Se unen a proteínas desplegadas o mal plegadas, impidiendo su agregación y favoreciendo su correcto estado conformacional. Al estabilizar las proteínas, las chaperonas pueden ayudar a prevenir su acumulación y su posible toxicidad.
2. Orientación y entrega de proteínas:las chaperonas extracelulares pueden actuar como transportadores o lanzaderas, transportando proteínas mal plegadas o dañadas a compartimentos celulares específicos o ubicaciones extracelulares para su eliminación adecuada. Por ejemplo, ciertas chaperonas pueden dirigir proteínas anormales a células carroñeras, como los macrófagos, que están especializados en fagocitar y degradar moléculas dañadas.
3. Interacción con receptores de depuración:las chaperonas extracelulares a menudo interactúan con receptores de depuración específicos presentes en la superficie de las células implicadas en la captación y degradación de proteínas. Estos receptores reconocen y se unen a complejos chaperona-sustrato, facilitando su internalización y posterior degradación dentro de los lisosomas, un proceso conocido como autofagia mediada por chaperonas.
4. Inhibición de la agregación:las chaperonas extracelulares pueden prevenir la agregación de proteínas mal plegadas en complejos insolubles más grandes. La agregación puede conducir a la formación de fibrillas de amiloide, que están asociadas con varias enfermedades neurodegenerativas. Al inhibir la agregación, las chaperonas ayudan a mantener la solubilidad de las proteínas y previenen la acumulación de agregados proteicos dañinos.
5. Regulación de las vías de degradación de proteínas:las chaperonas extracelulares pueden modular la actividad de varias vías de degradación de proteínas. Por ejemplo, pueden interactuar con proteasas o enzimas involucradas en el recambio de proteínas, influyendo en la tasa de degradación de proteínas anormales.
En general, las chaperonas extracelulares contribuyen al mantenimiento de la homeostasis de las proteínas al facilitar el plegamiento, la orientación y la eliminación adecuados de proteínas anormales del entorno extracelular. Sus acciones ayudan a prevenir la acumulación de proteínas dañadas o mal plegadas, lo cual es crucial para la salud celular y tisular.