Medidas de bioseguridad: Las granjas avícolas están implementando estrictas medidas de bioseguridad para evitar el contacto entre aves silvestres y domésticas. Esto incluye medidas como cubrir áreas al aire libre, utilizar lavapiés y restringir el acceso a las granjas por parte de personal no autorizado.
Vigilancia y seguimiento: Las agencias gubernamentales están llevando a cabo vigilancia y seguimiento periódicos de las bandadas de aves de corral para detectar signos de gripe aviar. Esto implica realizar pruebas a las aves para detectar el virus y rastrear el movimiento de las aves y los productos avícolas.
Vacunación: En algunos países se está vacunando a las aves de corral contra la gripe aviar para reducir el riesgo de infección y propagación.
Manipulación y procesamiento de productos avícolas: Los productos avícolas se manipulan y procesan de manera que se minimice el riesgo de contaminación. Esto incluye cocinar y almacenar adecuadamente los productos avícolas, así como la desinfección de equipos y superficies.
Restricciones al comercio internacional: Algunos países han impuesto restricciones a la importación de aves y productos avícolas procedentes de países afectados por la gripe aviar. Esto ayuda a reducir el riesgo de que el virus se introduzca en nuevas áreas.
Conciencia pública: Agencias gubernamentales y organizaciones de salud están creando conciencia entre el público sobre la gripe aviar y la importancia de seguir las medidas de bioseguridad. Esto incluye educar a las personas sobre los síntomas del virus y cómo prevenir su propagación.
Al implementar estas medidas, los países pueden ayudar a reducir el riesgo de que la gripe aviar ingrese a la cadena de suministro de alimentos y proteger la salud pública.