Los dragones barbudos son un reptil mascota popular y son nativos de Australia. Son relativamente pequeños y alcanzan una longitud máxima de unos 60 centímetros (2 pies). A pesar de su pequeño tamaño, los dragones barbudos tienen un cerebro complejo que es responsable de una variedad de comportamientos, que incluyen la búsqueda de alimento, la evitación de los depredadores y las interacciones sociales.
Los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética (MRI) para crear el atlas cerebral. La resonancia magnética es una técnica de imágenes no invasiva que permite a los científicos crear imágenes detalladas del interior del cuerpo. Los investigadores escanearon los cerebros de varios dragones barbudos y luego utilizaron software de computadora para crear un mapa tridimensional del cerebro.
El atlas cerebral revela que el cerebro del dragón barbudo es similar al cerebro de otros reptiles, pero también existen algunas diferencias importantes. Por ejemplo, el cerebro del dragón barbudo tiene un cerebelo relativamente grande, que es responsable de coordinar el movimiento. Esto sugiere que los dragones barbudos pueden ser más ágiles que otros reptiles.
Los investigadores también descubrieron que el cerebro del dragón barbudo tiene una serie de estructuras similares a las que se encuentran en el cerebro humano. Estas estructuras incluyen el hipocampo, que participa en la memoria y el aprendizaje, y la amígdala, que participa en las emociones. Esto sugiere que los dragones barbudos pueden compartir algunas de las mismas capacidades cognitivas que los humanos.
La creación del atlas del cerebro del dragón barbudo es un importante paso adelante en nuestra comprensión de la evolución del cerebro de los vertebrados. Este atlas proporcionará un recurso valioso para los científicos que estudian el cerebro y el comportamiento de los reptiles, y también puede ayudarnos a comprender mejor los trastornos neurológicos humanos.