Un estudio, publicado en la revista "Molecular Ecology", examinó la base genética de la variación del color en las hembras del cuco común (Cuculus canorus). Los investigadores analizaron muestras de ADN de cucos hembras con diferentes formas de color e identificaron una región genética clave asociada con la variación del color. Esta región contenía un gen específico llamado MC1R, que se sabe que participa en la determinación de la pigmentación en varios animales.
El estudio reveló que las mutaciones en el gen MC1R eran responsables de las diferentes formas de color observadas en las hembras del cuco común. Estas mutaciones afectaron la producción y distribución de melanina, un pigmento que contribuye a la coloración de los animales. Diferentes mutaciones en el gen MC1R dieron como resultado variaciones en la cantidad y el tipo de melanina producida, lo que llevó a los distintos patrones de color que se observan en las hembras de cuco.
Además, los investigadores descubrieron que estas mutaciones en el gen MC1R probablemente eran antiguas y habían surgido hace millones de años. Al analizar las relaciones evolutivas entre diferentes especies de cucos, determinaron que las mutaciones MC1R responsables de la variación del color habían persistido durante largas escalas de tiempo evolutivas.
La presencia de mutaciones antiguas en el gen MC1R sugiere que las variantes de color de las hembras de cuco tienen una larga historia evolutiva y han sido moldeadas por presiones de selección natural durante millones de años. Las variaciones en la coloración de las hembras pueden proporcionar ventajas en ciertos contextos ecológicos, como el camuflaje, la atracción de pareja o las estrategias de parasitismo de cría.
En general, los biólogos evolutivos han demostrado que las variantes de color de las hembras de cuco se basan en mutaciones antiguas en genes como MC1R, destacando el papel de los factores genéticos en la configuración de las diversas adaptaciones y estrategias reproductivas observadas en estas especies de aves.