En algunos casos, el tejido blando puede conservarse en concreciones, que son masas de roca duras y redondeadas que se forman alrededor de un núcleo. Estas concreciones pueden formarse cuando los minerales del agua subterránea se filtran en el fósil y se acumulan gradualmente a su alrededor, hasta encerrarlo. Si los tejidos blandos están bien conservados, pueden ser visibles dentro de la concreción cuando se abre.
Ejemplos de preservación de tejidos blandos en fósiles de dinosaurios incluyen los restos fosilizados del dinosaurio del Cretácico _Sinosauropteryx prima_, encontrado en China, y del ave del Cretácico _Archaeopteryx lithographica_, encontrada en Alemania. Estos fósiles muestran evidencia de plumas, piel y otras estructuras de tejidos blandos que brindan información valiosa sobre la apariencia y la biología de estos animales prehistóricos.
En general, la preservación de tejidos blandos en fósiles de dinosaurios es un hecho raro y notable que ofrece una idea de la anatomía y biología de estas criaturas extintas hace mucho tiempo.