Orejas: Los peces tienen orejas, pero son diferentes a las orejas humanas. Las orejas de pez se encuentran a los lados de la cabeza y están cubiertas por piel o escamas. Dentro del oído hay un saco lleno de líquido llamado laberinto. El laberinto contiene pequeñas células ciliadas que detectan las vibraciones del agua.
Cuando las ondas sonoras golpean el agua, crean vibraciones. Estas vibraciones viajan a través del agua y llegan al oído del pez. Las vibraciones hacen que las células ciliadas del laberinto se muevan, lo que envía señales al cerebro del pez. El cerebro interpreta estas señales como sonido.
Vejigas natatorias: Muchos peces también tienen vejiga natatoria, que es un saco lleno de gas ubicado dentro de su cuerpo. La vejiga natatoria ayuda a los peces a controlar su flotabilidad, pero también puede utilizarse para producir sonido.
Cuando un pez quiere emitir un sonido, contrae los músculos de su vejiga natatoria. Esto hace que la vejiga natatoria vibre, lo que genera ondas sonoras.
Las ondas sonoras viajan a través del agua y pueden ser escuchadas por otros peces. Algunos peces pueden incluso utilizar sus vejigas natatorias para producir sonidos específicos, como llamadas de apareamiento o señales de advertencia.