La CCD es un fenómeno que ha estado ocurriendo al menos desde la década de 2000, en el que las colonias de abejas colapsan misteriosamente y la mayoría de las abejas obreras desaparecen de la colmena. La causa del CCD no se comprende completamente, pero se cree que es una combinación de varios factores, entre ellos:
* Pesticidas: Se ha descubierto que los pesticidas, en particular los neonicotinoides, tienen un impacto negativo en las abejas. Los neonicotinoides pueden interferir con la capacidad de las abejas para navegar y encontrar alimento, y también pueden debilitar su sistema inmunológico, haciéndolas más susceptibles a las enfermedades.
* Enfermedades: Varias enfermedades, como los ácaros Varroa, Nosema ceranae y el virus de las alas deformadas, pueden debilitar y matar a las abejas.
* Pérdida de hábitat: La pérdida de hábitats naturales para las abejas, como flores y árboles, puede reducir la disponibilidad de alimentos y sitios de anidación, lo que les dificulta la supervivencia.
* Cambio climático: Los cambios climáticos, como el aumento de las temperaturas y fenómenos meteorológicos más extremos, pueden dificultar la supervivencia de las abejas.
Ácaros varroa
Los ácaros Varroa son uno de los contribuyentes más importantes al CCD. Estos ácaros parásitos se adhieren a las abejas y se alimentan de su sangre, debilitándolas y haciéndolas más susceptibles a las enfermedades. Los ácaros Varroa también pueden transmitir enfermedades entre las abejas.
Nosema ceranae
Nosema ceranae es una enfermedad fúngica que infecta el tracto digestivo de las abejas. Puede hacer que las abejas se debiliten y se desorienten, y eventualmente puede provocar la muerte. Nosema ceranae es muy contagioso y puede propagarse rápidamente a través de una colmena.
Virus del ala deformada
El virus del ala deformada es una enfermedad viral que afecta las alas de las abejas. Las abejas infectadas tienen alas deformadas que les impiden volar y finalmente mueren. El virus del ala deformada puede propagarse rápidamente a través de una colmena y a menudo se asocia con los ácaros Varroa, que pueden transmitir el virus.
Pérdida de hábitat
La pérdida de hábitats naturales para las abejas, como flores y árboles, puede reducir la disponibilidad de alimentos y sitios de anidación, lo que les dificulta la supervivencia. Los pesticidas y otras sustancias químicas también pueden contaminar estos hábitats, haciéndolos aún más peligrosos para las abejas.
Cambio climático
Los cambios climáticos, como el aumento de las temperaturas y fenómenos meteorológicos más extremos, pueden dificultar la supervivencia de las abejas. Las temperaturas extremas pueden matar a las abejas directamente y también dañar sus fuentes de alimento y sus sitios de anidación. Los fenómenos meteorológicos más extremos, como huracanes e inundaciones, también pueden destruir las colmenas y matar a las abejas.