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    Al intentarlo todo, una babosa marina depredadora aprende qué no comer
    En una notable muestra de alimentación aventurera y aprendizaje de prueba y error, la babosa marina depredadora Pleurobranchus forskalii se ha ganado la reputación de ser un temerario culinario. Este molusco insaciable, que se encuentra a lo largo de costas rocosas y lechos de pastos marinos en las aguas tropicales y subtropicales de la región del Indo-Pacífico, se enfrenta sin miedo a una gran variedad de presas, mientras discierne qué debe y qué no debe llevarse a la boca.

    _PAG. forskalii_, con su cuerpo alargado parecido a una babosa y su manto colorido, encarna la curiosidad gastronómica. Caza activamente en busca de alimento, principalmente ascidias, briozoos e hidroides. Esta babosa de mar emplea una rádula especializada, una estructura parecida a una lengua armada con pequeños dientes quitinosos, para raspar y destrozar a su presa.

    Sin embargo, no todo lo que atrapa a _P. La atención de forskalii_ termina en una comida deliciosa. Algunos encuentros le enseñan a esta babosa de mar valiosas lecciones sobre qué evitar. Los investigadores han observado _P. forskalii_ explora con cautela territorios culinarios inexplorados, sólo para aprender rápidamente de experiencias desagradables.

    En un experimento, los científicos presentaron a _P. forskalii_ con una variedad de presas potenciales, incluidas ascidias, briozoos y varios tipos de esponjas. Las babosas marinas tenían experiencia previa con ascidias y briozoos, pero las esponjas eran un alimento novedoso. Al principio, las babosas marinas se acercaron a las esponjas con el mismo entusiasmo que mostraban por su presa familiar.

    Sin embargo, al morder las esponjas, _P. forskalii_ rápidamente retrocedió y retrocedió. Parecía que la textura poco apetecible o el sabor desagradable del bizcocho servían como un elemento disuasivo instantáneo. Las babosas de mar aprendieron de esta experiencia y posteriormente evitaron las esponjas, optando por sus opciones preferidas.

    Este comportamiento de aprendizaje no se limita a las interacciones relacionadas con los alimentos. _PAG. forskalii_ exhibe aprendizaje de aversión cuando se encuentra con estímulos aversivos, como descargas eléctricas combinadas con ciertas señales químicas. Esto sugiere que la babosa de mar tiene una forma rudimentaria de aprendizaje asociativo, conectando experiencias desagradables con señales específicas y ajustando su comportamiento en consecuencia.

    La capacidad de _P. forskalii_ aprender y adaptar su comportamiento alimentario resalta la complejidad y la inteligencia de estas notables criaturas marinas. A pesar de su incesante curiosidad y espíritu aventurero, la babosa marina demuestra un enfoque cauteloso a la hora de cenar, aprendiendo de sus experiencias para evitar sorpresas desagradables y centrarse en sus delicias preferidas.

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