Los corales, que forman estructuras submarinas vibrantes y biodiversas, son muy susceptibles a los factores estresantes ambientales, en particular las fluctuaciones de temperatura. A medida que la temperatura del océano aumenta debido al cambio climático, los corales se someten a un proceso llamado blanqueamiento, en el que pierden sus algas simbióticas, lo que acaba provocando su muerte.
CRISPR, o repeticiones palindrómicas cortas agrupadas regularmente interespaciadas, proporciona a los investigadores una herramienta sin precedentes para estudiar y manipular los genes responsables de la resiliencia de los corales. Al emplear esta técnica, los científicos han identificado genes clave involucrados en la tolerancia al calor y las relaciones simbióticas, allanando el camino para posibles intervenciones para salvaguardar los arrecifes de coral.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Berkeley se centró en una especie de coral llamada Acropora millepora, que habita en los arrecifes del Océano Pacífico. Mediante el uso de CRISPR, el equipo modificó con éxito genes asociados con la tolerancia al calor, haciendo que estos corales sean más resistentes a las temperaturas elevadas. Este avance sugiere el potencial de mejorar las defensas naturales de los corales contra el blanqueamiento.
Otro grupo de investigación del Instituto Australiano de Ciencias Marinas utilizó CRISPR para investigar los mecanismos moleculares subyacentes al blanqueamiento de los corales. Identificaron genes específicos responsables de la ruptura de la relación simbiótica entre los corales y sus algas. Este conocimiento podría conducir al desarrollo de estrategias para prevenir o mitigar los eventos de blanqueamiento, preservando así el delicado equilibrio de los ecosistemas de arrecifes de coral.
La aplicación de CRISPR en la investigación de corales es tremendamente prometedora para desentrañar las intrincadas vías genéticas implicadas en su adaptación y supervivencia. Al comprender estos mecanismos, los científicos pueden contribuir a los esfuerzos de conservación destinados a proteger estos ecosistemas vitales y la diversa vida marina que sustentan.