Los corales son invertebrados marinos que construyen esqueletos duros a partir de carbonato de calcio. Son importantes organismos formadores de arrecifes y proporcionan alimento y refugio a una variedad de otras formas de vida marina. Sin embargo, los corales están amenazados por el cambio climático, que está provocando que el océano se vuelva más cálido y ácido. Estos cambios están estresando a los corales y haciéndolos más susceptibles a las enfermedades.
Una forma en que los corales pueden afrontar el estrés es formando relaciones simbióticas con las algas. Estas algas viven en los tejidos de los corales y les proporcionan alimento mediante la fotosíntesis. A cambio, el coral proporciona a las algas un entorno protegido y acceso a nutrientes.
El tipo de algas con las que un coral forma una relación simbiótica puede afectar su capacidad para sobrevivir al estrés. Algunos tipos de algas son más tolerantes al calor y la acidez que otros. Esto significa que los corales asociados con este tipo de algas tienen más probabilidades de sobrevivir en condiciones ambientales cambiantes.
Los científicos están estudiando el papel que desempeñan los simbiontes de algas en la supervivencia de los corales. Esperan aprender más sobre cómo estas relaciones pueden ayudar a los corales a hacer frente al cambio climático. Esta información podría utilizarse para desarrollar nuevas estrategias para proteger los corales y preservar los arrecifes de coral.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo las conexiones de algas pueden ayudar a los corales a sobrevivir:
* Mayor tolerancia al calor: Algunos tipos de algas producen compuestos que pueden ayudar a los corales a tolerar temperaturas más altas. Por ejemplo, el alga simbiótica Symbiodinium kawagutii produce un compuesto llamado aminoácidos similares a las micosporinas (MAA). Los MAA absorben la radiación ultravioleta (UV), que puede dañar el ADN y las proteínas del coral. Al absorber la radiación ultravioleta, los MAA ayudan a proteger los corales de los efectos nocivos del estrés por calor.
* Aumento de la tolerancia a la acidez: Algunos tipos de algas pueden ayudar a los corales a hacer frente a la acidificación de los océanos. Por ejemplo, el alga simbiótica Symbiodinium microadriaticum produce un compuesto llamado anhidrasa carbónica. La anhidrasa carbónica ayuda a convertir el dióxido de carbono (CO2) en bicarbonato (HCO3-), que es menos ácido que el CO2. Al convertir el CO2 en HCO3-, la anhidrasa carbónica ayuda a reducir la acidez del entorno del coral.
* Función inmune mejorada: Algunos tipos de algas pueden ayudar a los corales a mejorar su función inmune. Por ejemplo, el alga simbiótica Symbiodinium trenchii produce un compuesto llamado manano. El manano es un tipo de azúcar que puede activar el sistema inmunológico del coral. Al activar el sistema inmunológico, el manano ayuda a proteger a los corales de las enfermedades.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo las conexiones de algas pueden ayudar a los corales a sobrevivir. Los científicos continúan estudiando estas relaciones y tienen la esperanza de que esta información pueda usarse para desarrollar nuevas estrategias para proteger los corales y preservar los arrecifes de coral.