Como dice el viejo refrán, La ignorancia es grata.
Pensar, por ejemplo, sobre las víctimas del infame esquema Ponzi de Bernie Madoff. Puede apostar su bankroll a que esas personas eran mucho más felices antes de recibir la noticia de que sus montañas de dinero se habían desvanecido sin dejar rastro. En verdad, esas personas nunca fueron tan bellamente ricas como creían, pero la percepción de la riqueza probablemente añadió un cómodo colchón contra las pequeñas molestias de la vida. Ciertamente, en el ámbito de las finanzas personales, la verdad puede picar. Un estudio publicado en el Journal of Consumer Affairs encontró que las personas tienden a sobrestimar, en lugar de subestimar, su solvencia [fuente:Trejos]. Aquellos que calculan mal su salud financiera terminan sufriendo más debido a la mala gestión del dinero.
Pero en ambos escenarios, el problema no era tanto la estupidez como la falta de conciencia. Lo que no sabes no puede hacerte daño, es decir, hasta que lo descubras. Entonces, ¿qué tal una genuina falta de inteligencia? ¿La inteligencia viene con el bagaje adicional de mal humor? Si sabes mas ¿Eres menos capaz de ver el lado bueno de la vida?
Un estudio de 2005 sobre inteligencia y salud emocional realizado en la Universidad de Edimburgo no encontró correlación entre el cerebro y la felicidad [fuente:Edelson]. De acuerdo a los resultados, una mayor inteligencia actúa como un arma de doble filo cuando se trata de la felicidad. Por un lado, las personas más inteligentes están mejor equipadas para mantenerse a sí mismas; en el otro, esas mismas personas pueden esforzarse continuamente por lograr más y estar menos satisfechas con el status quo. En los niveles de bajos ingresos, el tema de la adquisición de recursos puede tener un mayor impacto en la felicidad personal, pero los efectos no son duraderos. Al igual que la felicidad que se desvanece de un nuevo romance, en algún momento, termina la feliz luna de miel.
En lugar de inteligencia, el factor más destacado que contribuyó a la felicidad autoinformada en el estudio de la Universidad de Edimburgo fue la calidad de vida. Un genio postrado en la cama probablemente no tendrá la misma satisfacción con la vida que alguien de inteligencia promedio que todavía puede moverse. Todavía, Dado que la calidad de vida se compone de muchas dinámicas externas, como la geografía, educación y antecedentes socioeconómicos, eso deja una pregunta importante pendiente. Si la felicidad es una emoción interna, que tipo de interna, las cualidades innatas contribuyen a ello?