Un par de antropólogos, uno de la Universidad de Trent, en Canadá, y el otro de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, presentan evidencia que respalda la teoría de que los humanos desarrollaron la capacidad de correr largas distancias para capturar animales que corren rápidamente.
En su estudio, publicado en la revista Nature Human Behavior, Eugène Morin y Bruce Winterhalder estudiaron esfuerzos de investigación anteriores sobre personas modernas que cazan presas y también llevaron a cabo nuevos estudios matemáticos para evaluar el beneficio calórico de un método tan agotador para obtener alimentos.
Los editores de Nature Human Behavior han publicado un informe de investigación que describe el trabajo realizado por la pareja en el mismo número de la revista.
Estudios previos de anatomía animal sugieren que los humanos son únicos entre los mamíferos en dos sentidos:sudan y tienen músculos largos en las piernas diseñados para resistir más que para fortalecerse. En conjunto, los dos rasgos hacen que correr largas distancias sea una tarea relativamente fácil para los humanos.
Otros animales, como los ciervos, los bisontes y otros, tienen cuerpos más adecuados para carreras rápidas y de corta distancia. La diferencia significa que un ser humano promedio en forma corriendo podría atrapar a un caballo, un ciervo o casi cualquier otro animal persiguiéndolo hasta el cansancio.
Durante muchos años, la hipótesis de la búsqueda de resistencia ha sido ampliamente descartada debido a la falta de ejemplos de humanos que utilicen la caza de resistencia para perseguir presas más rápidas. Los investigadores sugieren que esto se debe a que los informes de dicha actividad pasan desapercibidos.
Para descubrir si la hipótesis tiene mérito, el equipo llevó a cabo un esfuerzo de investigación doble. La primera parte implicó buscar en la literatura ejemplos de humanos contemporáneos que utilizan carreras de resistencia para capturar presas. Encontraron aproximadamente 400 informes, que abarcan desde los años 1500 hasta los años 2000, muchos de los cuales eran relatos de primera mano.
Luego intentaron determinar si correr tras una presa es calóricamente saludable:¿puede un cazador obtener más calorías al consumir un animal de las que quemó mientras corría para capturarlo? Descubrieron que, en las condiciones adecuadas, la recompensa sería más que suficiente para que el esfuerzo valiera la pena, especialmente si se combinaba correr con caminar ocasionalmente.
Los investigadores concluyen que los primeros humanos bien podrían haber utilizado carreras de resistencia para perseguir a sus presas.
Más información: Eugène Morin et al, La etnografía y la etnohistoria respaldan la eficacia de la caza mediante carreras de resistencia en humanos, Nature Human Behaviour (2024). DOI:10.1038/s41562-024-01876-x
El análisis etnohistórico sugiere que la carrera de resistencia evolucionó con la caza persistente, Nature Human Behaviour (2024). DOI:10.1038/s41562-024-01877-w
Información de la revista: Naturaleza Comportamiento Humano
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