En términos más simples, cuanto más lejos está un planeta del Sol, más tiempo le lleva completar una órbita. Esto se debe a que la fuerza gravitacional entre el Sol y un planeta disminuye al aumentar la distancia. Como resultado, los planetas más alejados del Sol experimentan una atracción gravitacional más débil y se mueven más lentamente en sus órbitas.
Matemáticamente, la tercera ley de Kepler se expresa como:
T^2 =k * a^3
Dónde:
- T es el período de revolución (en años terrestres)
- a es el semieje mayor de la órbita (en Unidades Astronómicas o AU; la distancia promedio de la Tierra al Sol es 1 AU)
- k es la constante de proporcionalidad, que es la misma para todos los planetas que orbitan alrededor del Sol
Por ejemplo:
- La distancia media de Mercurio al Sol es de aproximadamente 0,39 AU. Su período orbital es de unos 0,24 años (88 días terrestres).
- La distancia media de la Tierra al Sol es de aproximadamente 1 UA. Su período orbital es de aproximadamente 1 año.
- La distancia media de Marte al Sol es de aproximadamente 1,52 AU. Su período orbital es de unos 1,88 años.
- La distancia media de Júpiter al Sol es de unas 5,20 AU. Su período orbital es de unos 11,86 años.
- La distancia media de Saturno al Sol es de aproximadamente 9,54 AU. Su período orbital es de unos 29,46 años.
- La distancia media de Urano al Sol es de aproximadamente 19,22 AU. Su período orbital es de unos 84,01 años.
- La distancia media de Neptuno al Sol es de aproximadamente 30,11 UA. Su período orbital es de unos 164,88 años.
Como puede ver, existe una relación clara entre la distancia de un planeta al Sol y su período orbital. Cuanto más lejos está un planeta del Sol, más tiempo tarda en completar una órbita. Esta es una propiedad fundamental del Sistema Solar y proporciona información sobre la dinámica del movimiento planetario.