La velocidad de rotación de una estrella depende de su masa y tamaño. En general, las estrellas más masivas giran más lentamente que las menos masivas. Esto se debe a que la fuerza gravitacional entre las partículas de una estrella más masiva es más fuerte, lo que contrarresta la fuerza centrífuga que hace que la estrella gire. Las estrellas más pequeñas, por el contrario, tienen menos fuerza gravitacional y, por tanto, giran más rápido.
La rotación de una estrella también afecta a su forma. Una estrella que gira rápidamente se aplanará en los polos y se abombará en el ecuador debido a la fuerza centrífuga causada por su rotación. Esta forma se conoce como esferoide achatado. El Sol, por ejemplo, es un esferoide achatado con un diámetro ecuatorial aproximadamente 10 km más ancho que su diámetro polar.
La rotación de las estrellas también juega un papel importante en la formación de planetas y otros objetos en un sistema estelar. La rotación de la estrella crea un disco de gas y polvo alrededor de la estrella, que luego puede formar planetas, lunas y otros objetos. La rotación de la estrella también ayuda a dar forma a las órbitas de estos objetos.