Las estrellas no viajan en línea recta por el espacio. En realidad, se mueven siguiendo trayectorias curvas determinadas por las fuerzas gravitacionales de las estrellas cercanas y otros objetos celestes. Estas trayectorias curvas suelen denominarse órbitas. Las fuerzas gravitacionales afectan la velocidad y la dirección de la estrella, haciendo que se mueva en una trayectoria curva. Además, las estrellas también pueden experimentar perturbaciones adicionales debido a interacciones con otras estrellas o galaxias, lo que hace que se desvíen de sus trayectorias originales.