La superfluidez es un estado de la materia en el que un fluido fluye sin ninguna resistencia y se ha observado previamente en líquidos, como el helio, y en gases ultrafríos, como los condensados de Bose-Einstein. Sin embargo, la superfluidez en la luz se había predicho teóricamente durante décadas, pero no se había confirmado experimentalmente.
El equipo del Trinity College, dirigido por el profesor John Jeffers y la doctora Dara O'Hare, creó luz superfluida atrapando un rayo de luz láser dentro de un resonador microscópico, una pequeña cavidad hecha de un material semiconductor. Luego utilizaron una combinación de técnicas para enfriar la luz a temperaturas increíblemente bajas, cercanas al cero absoluto, y aumentar su densidad.
En estas condiciones, las partículas de luz, o fotones, comenzaron a comportarse como un condensado de Bose-Einstein y exhibieron superfluidez. El equipo observó una serie de señales de superfluidez, incluida la ausencia de resistencia al flujo y la formación de vórtices, pequeños remolinos de luz.
El descubrimiento de la luz superfluida podría tener varias aplicaciones. Por ejemplo, podría utilizarse para crear nuevos tipos de láseres, interruptores ópticos y otros dispositivos que funcionen a temperaturas extremadamente bajas. La luz superfluida también podría utilizarse para estudiar física fundamental, como el comportamiento de la materia a temperaturas extremadamente bajas y las propiedades del estado de vacío.
"La demostración de la luz superfluida es un gran avance en el campo de la óptica y abre nuevas posibilidades para el control y manipulación de la luz", afirmó Jeffers. "Estamos entusiasmados de explorar las posibles aplicaciones de este descubrimiento en los próximos años".