"Estas observaciones están transformando nuestra comprensión de la evolución de las galaxias", afirmó Richard S. Ellis, profesor de Astrofísica en el University College London (UCL) y coautor de uno de los dos nuevos estudios publicados en Nature. "Se había asumido que las primeras galaxias habrían sido caóticas e irregulares, y es una gran sorpresa descubrir que tenían estructuras ordenadas y giratorias muy parecidas a las galaxias espirales modernas, sólo unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang".
El universo primitivo era un lugar caótico, lleno de gas, polvo y restos del Big Bang. Los astrónomos esperaban descubrir que las primeras galaxias en formarse serían pequeñas e irregulares, con poca estructura. Sin embargo, las nuevas observaciones de ALMA muestran que algunas de estas primeras galaxias eran en realidad bastante grandes y estaban bien organizadas, con brazos y barras espirales similares a los que se ven en las galaxias actuales.
Las observaciones también sugieren que estas primeras galaxias estaban formando estrellas a un ritmo mucho más rápido que las galaxias actuales. Esto es evidente en los brillantes centros de las galaxias, que son regiones de intensa formación estelar.
Los nuevos hallazgos desafían nuestra comprensión actual de la evolución de las galaxias y sugieren que el universo primitivo puede haber sido un lugar más complejo y diverso de lo que se pensaba anteriormente.
"Estamos ante un momento de la historia del universo en el que creemos que las galaxias tenían sólo unos mil millones de años", dijo Takuma Izumi, investigador del Observatorio Astronómico Nacional de Japón y autor principal de uno de los estudios. "Eso es como mirar una fotografía de bebé del universo actual, y es sorprendente ver cuán desarrolladas y estructuradas parecen estar estas primeras galaxias".
Las observaciones de ALMA son parte de un proyecto más amplio llamado Atacama Large (Sub)millimeter Aperture Survey (ATLAS), que utiliza ALMA para obtener imágenes del universo distante con un detalle sin precedentes. Las nuevas imágenes de ATLAS proporcionan a los astrónomos una gran cantidad de información nueva sobre el universo temprano y desafían nuestra comprensión actual de cómo se forman y evolucionan las galaxias.
"Estas nuevas observaciones realmente están cambiando la forma en que pensamos sobre el universo temprano", afirmó Chris Carilli, director del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Socorro, Nuevo México, EE.UU., y coautor de uno de los estudios. "Está claro que el universo primitivo era un lugar mucho más complejo y dinámico de lo que jamás habíamos imaginado".