Anteriormente, a las corporaciones estadounidenses se les prohibía poseer tierras o recursos naturales en la Luna u otros "cuerpos celestes".
Las nuevas reglas, adoptadas en abril de 2020, dicen que si una empresa estadounidense extrae recursos de la luna u otro cuerpo celeste, la empresa obtiene ciertos derechos legales para transportar, usar y vender esos recursos.
Esto significa que las corporaciones podrían controlar algún territorio limitado en el espacio, donde se encontraron o aterrizaron los recursos espaciales.
Sin embargo, existen algunas advertencias importantes. Cualquier empresa de minería espacial de este tipo necesitaría un permiso federal de Estados Unidos. Además, la extracción de recursos debe realizarse según las reglas y obligaciones del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre.
El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre es el principal tratado internacional que rige la exploración y el uso del espacio. Entre otras cosas, prohíbe la apropiación nacional y privada del propio espacio.
Si bien las nuevas reglas estadounidenses establecen que esto está permitido por la ley federal estadounidense, no pueden crear derechos internacionales o universales, como por ejemplo sobre el territorio en el espacio.
La empresa que extrae los recursos podría utilizar y beneficiarse de la ubicación para permitir la minería o el transporte espacial, por ejemplo, teniendo equipos temporales allí o aterrizando naves espaciales allí.
Una "base" espacial de este tipo no significaría necesariamente que el territorio en el espacio esté totalmente controlado por la corporación, particularmente según el derecho internacional, dependiendo de la naturaleza y el uso de la ubicación.