La formación de estrellas es un proceso complejo y fascinante que ha sido estudiado por los astrónomos durante siglos. Una pregunta importante es por qué algunas estrellas son mucho más grandes que otras. Un nuevo estudio de los núcleos de nubes sin estrellas, las densas regiones donde se forman las estrellas, ha arrojado algo de luz sobre esta cuestión.
El estudio, dirigido por la astrónoma Stella Offner de la Universidad de Texas en Austin, utilizó datos del Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA) para observar 20 núcleos de nubes sin estrellas en el complejo de nubes moleculares Orión A. ALMA es un poderoso telescopio que puede detectar la tenue luz emitida por el gas frío y el polvo en el espacio.
Las observaciones revelaron que los núcleos de nubes sin estrellas que son más masivos también son más filamentosos. Los filamentos son nubes largas y delgadas de gas y polvo que se cree que son el lugar de nacimiento de las estrellas. Los núcleos de nubes sin estrellas más masivos también tienen más probabilidades de tener múltiples filamentos.
Offner y su equipo creen que los filamentos de los núcleos de las nubes sin estrellas desempeñan un papel clave a la hora de determinar el tamaño de las estrellas que se forman en ellos. Los filamentos actúan como canales para que el gas y el polvo fluyan hacia la región central del núcleo de la nube, donde se forma la estrella. Los núcleos de nubes sin estrellas más masivos tienen más filamentos y, por tanto, un mayor suministro de gas y polvo, lo que puede conducir a la formación de estrellas más masivas.
Los hallazgos de este estudio ayudan a explicar por qué algunas estrellas son mucho más grandes que otras. La masa de una estrella está determinada en gran medida por la cantidad de gas y polvo disponible en el núcleo de la nube sin estrellas donde se formó. Los núcleos de nubes sin estrellas más masivos tienen un mayor suministro de gas y polvo, lo que conduce a la formación de estrellas más masivas.