1. Densidad del haz :Los haces de protones en el Gran Colisionador de Hadrones son muy densos en términos de número de partículas por unidad de área, pero los protones individuales son extraordinariamente pequeños y tienen una masa muy baja. La masa total de los protones que circulan en el LHC en un momento dado es increíblemente pequeña, mucho menor que la masa de la Tierra.
2. Conservación de energía :Según las leyes de la física, la energía total en un sistema cerrado permanece constante. El LHC hace colisionar protones a altas energías, pero esta energía se libera en colisiones controladas y puede ser contabilizada. La cantidad de energía liberada en estas colisiones es minúscula en comparación con la energía gravitacional que mantiene unida a la Tierra.
3. Contención del haz :El LHC utiliza potentes imanes superconductores para mantener los haces de protones enfocados y en circulación. Estos imanes proporcionan fuerzas hacia adentro que contrarrestan las fuerzas centrífugas que experimentan los protones debido a sus altas velocidades. Los campos magnéticos están diseñados con precisión para contener el haz dentro de una trayectoria específica.
4. Protocolos de seguridad :En el LHC se implementan amplias medidas de seguridad para garantizar que los haces permanezcan bajo control en todo momento. En el improbable caso de que se produzca un accidente con el haz, el LHC cuenta con varios sistemas de descarga de haces que pueden desviar y absorber de forma segura la energía del haz sin causar daños al área circundante.
Es importante señalar que el Gran Colisionador de Hadrones es uno de los instrumentos científicos más sofisticados jamás creados y se opera con extremo cuidado y precisión. La seguridad del personal y del medio ambiente es siempre la máxima prioridad, y el diseño y el funcionamiento del LHC han sido evaluados y probados minuciosamente para minimizar cualquier riesgo potencial.