Los telescopios Webb y Hubble afirman la tasa de expansión del universo, pero el enigma persiste
Campos NIRCam superpuestos en imágenes en color de Digitized Sky Survey para cuatro anfitriones (arriba) e imágenes NIRCam RGB (F090W/F150W/F277W) que muestran las posiciones de las Cefeidas (círculos cian) (abajo). El norte está arriba y el este está a la izquierda. Crédito:The Astrophysical Journal Letters (2024). DOI:10.3847/2041-8213/ad1ddd
El ritmo al que se expande el universo, conocido como constante de Hubble, es uno de los parámetros fundamentales para comprender la evolución y el destino final del cosmos.
Sin embargo, se observa una diferencia persistente, llamada tensión de Hubble, entre el valor de la constante medida con una amplia gama de indicadores de distancia independientes y su valor predicho a partir del resplandor del Big Bang. El Telescopio Espacial James Webb de NASA/ESA/CSA ha confirmado que el buen ojo del Telescopio Espacial Hubble estuvo en lo cierto todo el tiempo, borrando cualquier duda persistente sobre las mediciones del Hubble.
Una de las justificaciones científicas para construir el Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA fue utilizar su poder de observación para proporcionar un valor exacto de la tasa de expansión del universo. Antes del lanzamiento del Hubble en 1990, las observaciones realizadas desde telescopios terrestres arrojaban enormes incertidumbres. Dependiendo de los valores deducidos para la tasa de expansión, el universo podría tener entre 10 y 20 mil millones de años.
Durante los últimos 34 años, Hubble ha reducido esta medición a una precisión de menos del uno por ciento, dividiendo la diferencia con un valor de edad de 13.800 millones de años. Esto se ha logrado refinando la llamada "escalera de distancia cósmica" midiendo importantes marcadores de hitos conocidos como estrellas variables cefeidas.
Sin embargo, el valor de Hubble no concuerda con otras mediciones que implican que el universo se estaba expandiendo más rápido después del Big Bang. Estas observaciones fueron realizadas mediante el mapeo del satélite Planck de la ESA de la radiación cósmica de fondo de microondas, un modelo de cómo evolucionaría la estructura del universo después de que se enfriara debido al Big Bang.
La solución simple al dilema sería decir que tal vez las observaciones del Hubble estén equivocadas como resultado de cierta inexactitud en sus mediciones de los criterios del espacio profundo.
Luego apareció el Telescopio Espacial James Webb, que permitió a los astrónomos verificar los resultados del Hubble. Las vistas infrarrojas de Webb de las Cefeidas coincidían con los datos de luz óptica del Hubble. Webb confirmó que el buen ojo del telescopio Hubble estuvo en lo cierto desde el principio, borrando cualquier duda persistente sobre las mediciones del Hubble.
La conclusión es que la llamada tensión de Hubble entre lo que sucede en el universo cercano y la expansión del universo temprano sigue siendo un enigma persistente para los cosmólogos. Puede que haya algo entretejido en el tejido del espacio que aún no entendemos.
Más información: Adam G. Riess et al, Las observaciones del JWST rechazan el hacinamiento no reconocido de la fotometría de cefeidas como explicación de la tensión de Hubble con una confianza de 8σ, The Astrophysical Journal Letters (2024). DOI:10.3847/2041-8213/ad1ddd