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    Las empresas privadas explotan el espacio exterior, pero la ley lucha por ponerse al día

    Crédito:imagen generada por IA

    El 8 de enero de 2024, la NASA lanzó la Misión Peregrine Uno, que transportaba cápsulas a la Luna que contenían restos humanos y muestras de ADN. El objetivo era depositar restos humanos en la superficie lunar y liberar el contenido de las cápsulas en el espacio.



    Parte de la única oposición firme a la misión provino de la nación navajo nativa americana. Según su cultura, tal actividad es una profanación de la luna. La respuesta de la NASA fue reveladora:no pudieron comprobar el contenido de las cargas útiles, ya que pertenecían a una empresa privada.

    El depósito de restos humanos en el espacio por parte de empresas privadas no es una idea nueva:en 1999, un orbitador se estrelló deliberadamente cerca del polo sur lunar, esparciendo las cenizas del astrónomo Eugene Shoemaker. Aunque era una nave de la NASA, la cápsula que transportaba las cenizas de Shoemaker había sido arreglada por una empresa privada.

    A medida que más y más actores privados se aventuran en el espacio, surgen nuevos problemas. El derecho internacional debe regular con prontitud y cuidado toda actividad espacial para salvaguardar el futuro de la exploración espacial.

    Contaminación antropogénica:la huella humana en el espacio

    Los humanos tenemos una fuerte presencia material en el espacio y algunos creen que ya estamos en los albores del "Antropoceno lunar".

    La huella espacial de nuestra especie se puede dividir en dos categorías amplias:evidencia de presencia humana en forma de objetos o artefactos (incluida la "basura espacial") y la liberación (intencional o no intencional) de sustancias biológicas, como la dispersión de restos humanos. permanece en el espacio por empresas privadas como la Fundación Arch Mission. Ambas categorías plantean preocupaciones y presentan desafíos novedosos y complejos para el derecho internacional.

    El artículo IX del tratado sobre el espacio ultraterrestre de 1967, que se aplica a todas las actividades espaciales, establece que los países deben considerar los intereses de otros estados al realizar operaciones espaciales. En consecuencia, también deben tomar medidas para evitar la contaminación dañina del espacio exterior, incluida la luna y otros cuerpos celestes.

    Esta norma es clara, vinculante y abarca a todos los países del planeta. Impone una obligación amplia de proteger el espacio ultraterrestre, pero ha sido necesario perfeccionarla a lo largo de los años. Para ello, el Comité de Investigación Espacial (COSPAR) ha adoptado la Política de Protección Planetaria (PPP), que se actualiza periódicamente. Estas directrices no son vinculantes, pero el PPP suele ser aplicado por los propios estados.

    En este contexto, ciertos artefactos en el espacio han recibido protección legal:en 2020, Estados Unidos adoptó la Ley Un Pequeño Paso para Proteger el Patrimonio Humano en el Espacio, exigiendo a la NASA que tome medidas para proteger los rastros de la misión Apolo 11.

    Accidentes espaciales

    La liberación de sustancias biológicas ya ha generado serias preocupaciones, no sólo entre la Nación Navajo, sino también entre la comunidad científica.

    En el accidente de Beresheet de 2019, una nave espacial israelí con financiación privada se estrelló en la luna durante su intento de aterrizaje. Supuestamente se derramaron muestras de ADN humano junto con miles de tardígrados, pequeños animales invertebrados capaces de sobrevivir en condiciones extremas que se utilizan en experimentos para probar los límites de la supervivencia en el espacio exterior.

    Críticamente, el cofundador de la empresa privada que había solicitado el transporte de la carga útil actuó por su propia voluntad y no informó a ninguna autoridad de su decisión de enviar tardígrados a la luna.

    En este caso, las leyes internacionales que existen también para proteger el medio ambiente lunar de la contaminación fueron fácilmente eludidas, lo que generó serias dudas sobre la eficacia de la ley espacial.

    Uno podría preguntarse por qué la Luna necesita protección contra la contaminación biológica, cuando autoridades como el Comité de Protección Planetaria de la NASEM de EE. UU. afirman que la superficie lunar no puede sustentar la vida ni la proliferación de organismos traídos allí. Si bien esto es cierto, todavía no entendemos completamente los impactos de la actividad humana en la Luna, y es vital que la preservemos y protejamos hasta que tengamos una imagen más clara y hasta que se puedan establecer protocolos de mitigación efectivos.

    Por este motivo, el PPP de COSPAR actualizado defiende la necesidad de proteger regiones de la Luna científicamente valiosas, especialmente los polos lunares, que tienen un considerable interés astrobiológico.

    Deficiencias en el derecho espacial

    Estos ejemplos revelan las principales deficiencias en la protección jurídica del entorno espacial. Dada la intensificación de la presencia humana en el espacio, es necesario abordar estos problemas con prontitud, especialmente en el caso de actividades novedosas con financiación privada como el turismo espacial.

    Es imperativo que los estados adopten o endurezcan leyes nacionales que garanticen que todos los operadores, públicos y privados, realicen actividades de acuerdo con el derecho espacial internacional. También deben mejorar sus marcos legales actuales para abordar la huella (y el desperdicio) de las nuevas actividades espaciales privadas.

    Es importante destacar que dichas leyes también deben garantizar que los operadores espaciales respeten la protección ambiental (por ejemplo, mediante la realización de evaluaciones de impacto ambiental (EIA)) para evitar crear riesgos adicionales para la actividad espacial, como es el caso de los desechos espaciales.

    No se pueden permitir decisiones unilaterales de transferir material biológico al espacio o a otros cuerpos celestes, como el accidente de Beresheet. Esas acciones podrían ser desastrosas, tanto para el entorno espacial como para las actividades humanas. También pueden poner en grave peligro la búsqueda de vida extraterrestre.

    El PPP de COSPAR debe desarrollarse, fortalecerse y aplicarse adecuadamente a nivel nacional. Sólo el pleno respeto del derecho internacional y la cooperación internacional pueden allanar el camino para el desarrollo sostenible de las actividades espaciales y garantizar que beneficie a toda la humanidad.

    Proporcionado por The Conversation

    Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.




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