¿Existe vida más allá de la Tierra? Uno de los lugares más convincentes para considerar esta posibilidad es Encelado, una luna de Saturno con un océano de agua líquida encerrado en una capa helada. Allí, columnas de agua provenientes de las fracturas de hielo salen al espacio, y las observaciones de estos géiseres realizadas por naves espaciales sugieren que Encelado tiene todos los componentes químicos necesarios para la vida.
No sorprende que se estén desarrollando misiones robóticas para buscar vida en Encelado. Al borde de esta nueva era de exploración espacial, Davila y Eigenbrode proponen un marco de investigación estratégico para estudiar Encelado y mundos oceánicos similares.
Su marco propuesto, publicado en el Journal of Geophysical Research:Biogeosciences , se basa en la teoría de la evolución química orgánica, la idea de que la vida resulta de una serie de pasos químicos que comenzaron con el big bang. A medida que se formaron las estrellas y los planetas, las moléculas simples interactuaron para formar moléculas cada vez más complejas y, finalmente, la primera célula.
Los científicos todavía están trabajando en los pasos exactos que llevaron a la vida en la Tierra, dado que no hay registros bien conservados de antes de que se originara la vida. Sin embargo, los mundos oceánicos helados como Encelado podrían contener una gran cantidad de nuevas pistas sobre cómo la vida comienza a despegar (o no).
Por lo tanto, en lugar de simplemente preguntar si Encelado está habitado, los investigadores proponen preguntar:"¿Cuál es el alcance de la evolución química orgánica en el océano de Encelado?" Este cambio de enfoque podría permitir un aprendizaje profundo independientemente de si Encelado está actualmente habitado, en camino hacia el desarrollo de vida, en una época en la que albergaba vida o en un camino que es poco probable que conduzca a la vida.
Con este enfoque, las misiones a Encelado no buscarían únicamente evidencia directa de vida. Primero buscarían determinar las propiedades moleculares y estructurales de las moléculas complejas que contienen carbono que ya sospechamos que se encuentran en el océano. Los estudios complementarios podrían buscar compuestos orgánicos más complejos con propiedades bioquímicas, objetos similares a células y cualquier evidencia de adaptación evolutiva.
Según los investigadores, estructurar las misiones de esta manera es una estrategia de menor riesgo que podría proporcionar información valiosa sobre la vida en el universo.
En otras palabras, si existe vida en Encelado y otros mundos oceánicos, este enfoque nos ayudaría a encontrarla. Si no, aprenderíamos mucho más que si simplemente hubiéramos buscado vida.
Más información: A. F. Davila et al, Encelado:Astrobiología revisitada, Revista de investigación geofísica:biogeociencias (2024). DOI:10.1029/2023JG007677
Proporcionado por Eos
Esta historia se vuelve a publicar por cortesía de Eos, organizada por la Unión Geofísica Estadounidense. Lea la historia original aquí.