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    Detección de vientos potentes impulsados ​​por un agujero negro supermasivo de La Palma

    Crédito:Instituto de Astrofísica de Canarias

    Los agujeros negros supermasivos en los centros de muchas galaxias parecen tener una gran influencia en su evolución. Esto ocurre durante una fase en la que el agujero negro está consumiendo el material de la galaxia en la que reside a un ritmo muy elevado, creciendo en masa mientras lo hace. Durante esta fase, la galaxia tiene un núcleo galáctico activo (AGN).

    El efecto que tiene esta actividad en la galaxia anfitriona se conoce como retroalimentación AGN, y una de sus propiedades son los vientos galácticos:este es el gas del centro de la galaxia que es expulsado por la energía liberada por el núcleo activo. Estos vientos pueden alcanzar velocidades de hasta miles de kilómetros por segundo, y en los AGN más enérgicos, por ejemplo, los quásares, que puede limpiar los centros de las galaxias impidiendo la formación de nuevas estrellas. Se ha demostrado que la evolución de la formación estelar en escalas de tiempo cosmológicas no se puede explicar sin la existencia de un mecanismo regulador.

    Para estudiar estos vientos en cuásares, Se utilizó el espectrógrafo de infrarrojos EMIR del Gran Telescopio Canarias (GTC). EMIR fue desarrollado en el Instituto de Astrofísica de Canarias y está diseñado para estudiar los objetos más fríos y distantes del universo mediante el análisis de la luz infrarroja. Desde junio de 2016 esto se ha instalado en un foco del GTC, tras pasar por una exhaustiva fase de pruebas en los talleres de la División de Instrumentos de la sede del IAC en La Laguna.

    Los datos obtenidos desde entonces se han utilizado para producir varios artículos científicos de los cuales el último es un estudio del cuásar oscurecido J1509 + 0434, publicado hoy en la revista Avisos mensuales de las cartas de la Royal Astronomical Society y producido por un equipo internacional liderado por la investigadora del IAC Cristina Ramos Almeida. Este quásar se encuentra en el universo local y es un análogo de los cuásares más distantes y mucho más numerosos en los que la retroalimentación AGN debe estar afectando la formación de nuevas estrellas de manera importante.

    "EMIR nos ha permitido estudiar los vientos de gas ionizado y molecular de este cuásar utilizando el rango infrarrojo. Este análisis es muy importante porque no siempre muestran propiedades similares". lo que nos dice mucho sobre cómo se producen estos vientos y cómo afectan a sus galaxias anfitrionas, "explica Ramos Almeida. El estudio de este y otros cuásares locales nos permitirá entender qué pasaba en las galaxias cuando eran más jóvenes y cuando estaban formando sus estructuras que vemos hoy.

    Según los nuevos datos obtenidos con EMIR, el equipo ha descubierto que el viento ionizado es más rápido que el viento molecular, alcanzando velocidades de hasta 1, 200 km / s. Sin embargo, sería el viento molecular el que está vaciando los depósitos de gas de la galaxia (hasta 176 masas solares por año). "Nuevas observaciones con ALMA nos permitirán confirmar esta estimación, "explicó José Acosta Pulido, investigador del IAC y coautor de este estudio.

    El siguiente paso es observar una muestra completa de cuásares cercanos oscurecidos con EMIR para estudiar sus vientos ionizados y moleculares. También queremos investigar las poblaciones estelares de sus galaxias anfitrionas. Esto nos permitirá confirmar el efecto de la retroalimentación de AGN sobre la evolución de las galaxias directamente.


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