Una visualización de una simulación de supercomputadora de la fusión de agujeros negros que envían ondas gravitacionales. Crédito:NASA / C. Henze
Un gran entusiasmo se extendió por el mundo de la física el lunes ante la noticia de la primera detección de dos estrellas de neutrones ultradensas que convergían en un violento aplastamiento.
El descubrimiento, los científicos dicen, no hubiera sido posible sin la detección de ondas gravitacionales, una hazaña de dos años que recibió el Premio Nobel de Física 2017.
Un trasfondo:
P:¿Qué son las ondas gravitacionales?
Albert Einstein predijo ondas gravitacionales en su teoría general de la relatividad hace un siglo. Bajo la teoría, el espacio y el tiempo están entretejidos en un continuo sin apariencia, agregando una cuarta dimensión a nuestro concepto del Universo, además de nuestra percepción 3D de la misma.
Einstein postuló que la masa deforma el espacio-tiempo a través de su fuerza gravitacional.
Una analogía común es ver el espacio-tiempo como un trampolín, y masa como una bola de boliche colocada sobre ella. Los objetos en la superficie del trampolín "caerán" hacia el centro, lo que representa la gravedad.
Cuando los objetos con masa se aceleran, cuando dos estrellas de neutrones o agujeros negros se acercan en espiral, por ejemplo, envían ondas a lo largo del espacio-tiempo curvo a su alrededor a la velocidad de la luz, como ondas en un estanque.
Cuanto más masivo es el objeto, cuanto más grande es la ola y más fácil de detectar.
Las ondas gravitacionales no interactúan con la materia, viajando a través del Universo casi sin obstáculos.
P:¿Por qué son tan esquivos?
El propio Einstein dudaba que las ondas gravitacionales pudieran detectarse alguna vez, dado lo pequeñas que son.
Ondas emitidas por un par de agujeros negros fusionados, por ejemplo, se estiraría un millón de kilómetros (621, 000 millas) en la Tierra por menos del tamaño de un átomo.
P:¿Cómo se detectan?
Una técnica consiste en detectar pequeños cambios en la distancia entre objetos.
Las ondas gravitacionales que atraviesan un objeto distorsionan su forma, estirándolo y apretándolo en la dirección en que viaja la ola, dejando un delator, aunque minúsculo, efecto.
Detectores como LIGO en Estados Unidos y Virgo en Italia, están diseñados para captar tales distorsiones en rayos de luz láser.
En LIGO, Los científicos dividen la luz en dos haces perpendiculares que viajan a lo largo de varios kilómetros para ser reflejados por los espejos de regreso al punto donde comenzaron.
Cualquier diferencia de longitud a su regreso apuntaría a la influencia de las ondas gravitacionales.
Fuentes:Agencia Espacial Europea, Instituto de Física, LIGO, Naturaleza.
© 2017 AFP