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    La producción agrícola inesperada permitió que la sociedad prehispánica floreciera en los Andes áridos

    Vista aérea del sitio arqueológico de Murmuntani. Crédito:B Roux, L'Avion Jaune

    Seiscientos kilómetros al sur del lago Titicaca y a más de 3700 m sobre el nivel del mar, la región Intersalar, entre los dos grandes salares de Uyuni y Coipasa, Está salpicado de campos de quinua y numerosas comunidades. Hoy dia, esta región es el principal productor de quinua exportada a todo el mundo. Cerca de estos pueblos, Numerosos asentamientos arqueológicos dan testimonio de una antigua ocupación humana, que data de entre los siglos XIII y XV. En un área de 60 x 40 km, los investigadores estudiaron 48 sitios, en el que identificaron más de 4500 graneros arqueológicos que se utilizaron para el almacenamiento de quinua. Pero, ¿el clima en ese momento era similar al clima actual? Todos los indicadores climáticos coinciden y caracterizan el período comprendido entre 1200-1450 d.C. como seco. Dentro de este intervalo de tiempo más seco, el auge de la agricultura de secano en el altiplano sur coincidió con un evento volcánico catastrófico, la erupción del volcán Samalas en Indonesia (1257 d.C.), que inició cambios climáticos que duraron varias décadas, con descensos de temperatura y precipitación a escala global.

    "El éxito masivo de la producción agrícola en un entorno tan desfavorable es muy sorprendente, ", dice el ecólogo Richard Joffre en el CNRS." Sólo se puede explicar por el desarrollo de conocimientos ambientales muy específicos y detallados que tenían como objetivo ahorrar agua y evitar las heladas, y por el dominio de un conjunto de prácticas agrícolas por parte de esta sociedad prehispánica. Se distinguen muchas micro-terrazas. Mapeamos más de 1500 hectáreas de ellos. Es más, se han encontrado muy pocos rastros de sistemas de riego. La producción aquí se basó en un sistema agrícola de secano, algo notable en estas áridas condiciones ".

    Es más, según Pablo Cruz, antropólogo del CONICET, "La distribución de graneros en los sitios y el manejo de las tierras agrícolas indican un sistema agrario no centralizado. No encontramos señales materiales de la centralización del poder o la presencia de una élite gobernante".

    Los restos arqueológicos encontrados en el sur de Bolivia revelan una floreciente sociedad agraria entre los siglos XIII y XV. a pesar de un marcado secado y enfriamiento del clima durante todo el período. Esta inesperada observación es el resultado de un estudio interdisciplinario realizado por un equipo internacional (CONICET, CNRS, IRD y UCSD). Esta investigación, publicado en Avances de la ciencia el 20 de diciembre 2017, destaca la capacidad adaptativa y la resiliencia de sociedades con poca diferenciación jerárquica, para enfrentar los desafíos de la degradación climática. Crédito:CONICET / IRD / CNRS / L'Avion Jaune / A Castillo / L Markiw

    Thierry Winkel, ecologista del IRD, señala "que en la actualidad se siguen empleando sistemas de producción similares en las comunidades indígenas del altiplano sur de Bolivia, proporcionar a los productores de quinua resiliencia social y productiva frente a los cambios climáticos y socioeconómicos actuales ... "

    ¿Esta particular organización social y productiva facilitó que esta sociedad se adaptara al empeoramiento del clima registrado en ese momento? Los autores de este estudio proponen esta estimulante hipótesis. Los autores destacan que "estos principios de descentralización y autoorganización están demostrando ser una respuesta eficaz en términos de estrategias adaptativas ante la adversidad ambiental".

    El granero arqueológico del sitio Charali. Crédito:P Cruz, CONICET




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