Los servicios de micromovilidad compartida, como el uso compartido de bicicletas y scooters, se han vuelto cada vez más populares en ciudades de todo el mundo. Estos servicios ofrecen una forma cómoda y asequible de desplazarse y pueden ayudar a reducir la congestión del tráfico y la contaminación. Sin embargo, las ciudades también están debatiendo cómo regular estos nuevos modos de transporte. Una de las cuestiones clave es cómo gravar los servicios de micromovilidad compartida.
Prácticas actuales
No existe un enfoque único para gravar los servicios de micromovilidad compartida. Algunas ciudades han optado por imponer una tarifa fija por viaje, mientras que otras han optado por un cargo por minuto o por milla. Algunas ciudades también han implementado una combinación de estos enfoques.
Los siguientes son algunos ejemplos de cómo las ciudades están gravando los servicios de micromovilidad compartida:
* San Francisco: San Francisco cobra una tarifa fija de 0,15 dólares por viaje en servicios de micromovilidad compartida. Esta tarifa la paga el usuario directamente al proveedor del servicio.
* Washington, D.C.: Washington, D.C. cobra una tarifa por minuto de 0,10 dólares por servicios de micromovilidad compartida. Esta tarifa la paga el usuario directamente al proveedor del servicio.
* Los Ángeles: Los Ángeles cobra una tarifa por milla de $0,15 por servicios de micromovilidad compartida. Esta tarifa la paga el usuario directamente al proveedor del servicio.
* Ciudad de Nueva York: La ciudad de Nueva York cobra una combinación de una tarifa fija y un cargo por minuto por los servicios de micromovilidad compartida. La tarifa fija es de $0,50 y el cargo por minuto es de $0,08. Esta tarifa la paga el usuario directamente al proveedor del servicio.
Desafíos
Hay una serie de desafíos asociados con la imposición de impuestos a los servicios de micromovilidad compartida. Un desafío es que estos servicios se utilizan a menudo para viajes cortos, lo que puede dificultar la recaudación de impuestos. Otro desafío es que los servicios de micromovilidad compartida suelen ser utilizados por personas de bajos ingresos o que no tienen acceso a un automóvil, lo que puede dificultar la justificación de la imposición de impuestos a estos servicios.
¿Qué sigue?
El futuro de la tributación de los servicios de micromovilidad compartida es incierto. Sin embargo, es probable que las ciudades sigan experimentando con diferentes enfoques para gravar estos servicios. A medida que los servicios de micromovilidad compartida se vuelvan más populares, será cada vez más importante encontrar una manera de gravarlos que sea justa y equitativa.
Recomendaciones
Con base en la investigación, se hacen las siguientes recomendaciones para las ciudades que estén considerando gravar los servicios de micromovilidad compartida:
* Considera las necesidades específicas de tu ciudad. No existe un enfoque único para gravar los servicios de micromovilidad compartida. El mejor enfoque variará según el tamaño de la ciudad, la densidad de población, la congestión del tráfico y la disponibilidad de otras opciones de transporte.
* Comience con un programa piloto. Antes de implementar un impuesto a nivel de ciudad sobre los servicios de micromovilidad compartida, es recomendable comenzar con un programa piloto. Esto permitirá a la ciudad probar diferentes enfoques y recopilar datos sobre el impacto del impuesto en el número de pasajeros, los ingresos y la congestión del tráfico.
* Ser justo y equitativo. El impuesto debe ser justo y equitativo para todos los usuarios. No debería discriminar a los usuarios de bajos ingresos o a aquellos que no tienen acceso a un automóvil.
* Utilizar los ingresos para mejorar el transporte. Los ingresos generados por el impuesto deberían utilizarse para mejorar el transporte en la ciudad. Esto podría incluir invertir en carriles para bicicletas, aceras y transporte público.