En los últimos años, los grupos terroristas han atacado cada vez más a los escolares como medio para sembrar el miedo y perturbar la sociedad. Por ejemplo, en 2014, los talibanes atacaron una escuela dirigida por el ejército en Pakistán y mataron a más de 130 niños. En 2015, Boko Haram atacó una escuela en Nigeria y secuestró a más de 200 niñas. Y en 2018, el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) atacó una escuela en Siria, matando al menos a 53 personas, en su mayoría niños.
Los grupos terroristas también atacan a los escolares como medio para reclutar nuevos miembros. Al atacar escuelas y universidades, los grupos terroristas pueden difundir su propaganda y reclutar a jóvenes vulnerables a su ideología radical.
Además, los grupos terroristas suelen atacar a los escolares como medio para presionar a los gobiernos. Al atacar escuelas y universidades, los grupos terroristas pueden enviar un mensaje al gobierno de que son capaces de llevar a cabo ataques en cualquier lugar y que no dudarán en atacar a civiles inocentes.
Éstas son sólo algunas de las razones por las que los escolares son blanco habitual de grupos terroristas en muchos países. Es importante recordar que estos ataques no son sólo actos de violencia sin sentido sino también una grave amenaza a la seguridad y el bienestar de niños y jóvenes.