Un superfluido cuántico 2D resultaría muy extraño al tacto. Se sentiría como una superficie lisa y sin fricción, ya que el superfluido fluiría sin ninguna resistencia. También se sentiría muy frío, ya que el superfluido estaría a una temperatura cercana al cero absoluto. Además, el superfluido se sentiría muy ligero, ya que tendría una densidad muy baja.
En general, un superfluido cuántico 2D sería un material muy interesante y único al tacto. Proporcionaría una experiencia muy diferente a cualquier otra cosa que estamos acostumbrados a sentir en nuestra vida cotidiana.