Los imanes ejercen fuerzas de atracción y repulsión, dependiendo de la orientación de sus polos magnéticos. Cuando los polos opuestos de dos imanes se acercan, se atraen, mientras que los polos iguales se repelen. Este comportamiento es una propiedad fundamental de los imanes y desempeña un papel crucial en diversas aplicaciones, como motores, generadores, brújulas, trenes de levitación magnética (maglev) y más.