El principio de Bernoulli se puede explicar considerando la conservación de la energía. A medida que un fluido fluye, su energía total permanece constante. Esta energía total es la suma de la energía cinética del fluido (la energía del movimiento) y su energía potencial (la energía debida a su posición).
Si la presión de un fluido disminuye, su energía potencial disminuye. Esta disminución de la energía potencial debe equilibrarse con un aumento de la energía cinética, por lo que la velocidad del fluido aumenta.
El principio de Bernoulli tiene muchas aplicaciones en la ingeniería y en la vida cotidiana. Por ejemplo, se utiliza para explicar por qué vuelan los aviones, cómo se mueven los veleros y cómo fluye el agua por una tubería.