Confinamiento magnético —Un reactor tokamak utiliza una combinación de campos magnéticos toroidales (en forma de rosquilla) y poloidales (verticales) para confinar el plasma. El campo magnético toroidal es generado por bobinas externas que rodean el recipiente de vacío. El campo poloidal es generado por una corriente de partículas cargadas que fluyen dentro del propio plasma, o por un conjunto de bobinas internas. El efecto neto es la formación de líneas de campo magnético helicoidales que sirven como botellas magnéticas invisibles, atrapando las partículas cargadas dentro del plasma e impidiendo que toquen las paredes del recipiente y pierdan su energía.
Forma del recipiente de vacío —El recipiente de vacío del tokamak suele tener la forma de un donut toroidal con una sección transversal circular o no circular. Este diseño específico ayuda a mejorar la estabilidad del plasma. Las formas de sección transversal no circulares, como la "forma de D" alargada o la "forma de maní" de doble joroba, se emplean comúnmente para optimizar las propiedades de confinamiento y mitigar ciertas inestabilidades.
Cuando los campos magnéticos y la forma del recipiente de vacío se diseñan y equilibran cuidadosamente, el plasma queda confinado de manera efectiva, lo que permite que se produzcan reacciones de fusión.