Con una investigación financiada por el Instituto Nacional de Justicia, una rama de investigación del Departamento de Justicia de EE. UU., el estudio siguió a más de 1.000 delincuentes federales de cuello blanco durante nueve años para seguir su adaptación al encarcelamiento y la reincidencia.
Si bien la mayoría de los delincuentes experimentan un período de shock inicial y dificultades de adaptación, el estudio encuentra que los delincuentes de cuello blanco tienen, en general, el mismo éxito que otros tipos de delincuentes a la hora de adaptarse al entorno penitenciario y abstenerse de cometer delitos en el futuro.
En cierto modo, los delincuentes de cuello blanco se encuentran en una situación singularmente perjudicada por la vida en prisión. Es más probable que los coloquen en régimen de aislamiento, donde se les priva de contacto humano y de actividades significativas, y a menudo son objeto de extorsión, violencia y abuso sexual por parte de otros reclusos que los consideran débiles y vulnerables.
Por otro lado, la mayoría de los delincuentes de cuello blanco son mayores, están mejor educados y gozan de mejor salud física que otros reclusos, lo que puede ayudarles a afrontar los desafíos de la prisión. También es más probable que cuenten con familiares y amigos externos que los apoyen y puedan brindarles apoyo emocional y financiero.
"Aunque los delincuentes de cuello blanco ciertamente no lo pasan fácil en prisión, en última instancia tienen tanto éxito como otros tipos de delincuentes a la hora de adaptarse al encarcelamiento y abstenerse de cometer delitos en el futuro", afirmó Heather Vovak, autora principal del estudio y asistente. Profesor del Departamento de Justicia Penal de la Universidad de Cincinnati.
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones para el manejo de los delincuentes de cuello blanco en prisión. Si bien es importante garantizar la seguridad de todos los reclusos, también es importante evitar políticas innecesariamente duras o restrictivas que puedan obstaculizar su adaptación y rehabilitación.
"Los hallazgos de este estudio pueden ayudar a los administradores penitenciarios a desarrollar políticas y programas más eficaces para gestionar a los delincuentes de cuello blanco en prisión", afirmó Vovak. "Al comprender los desafíos y necesidades únicos de este grupo de delincuentes, podemos ayudarlos mejor a adaptarse a la vida carcelaria y reducir su riesgo de reincidencia".