La pandemia de COVID-19 ha tenido un profundo impacto en la forma en que trabajamos. Uno de los cambios más notables es el cambio a reuniones más cortas y jornadas más largas.
Reuniones más cortas
Antes de la pandemia, era común que las reuniones duraran una hora o más. Sin embargo, con el auge del trabajo remoto, las reuniones se han vuelto más breves y más centradas. Esto se debe en parte al hecho de que es más difícil mantener la atención y el enfoque en un entorno virtual. Además, las reuniones más cortas favorecen más la colaboración y la lluvia de ideas.
Días más largos
Si bien las reuniones se han acortado, la jornada laboral general se ha alargado. Esto se debe a que muchas personas ahora trabajan desde casa y tienen más flexibilidad en sus horarios. Como resultado, pueden trabajar más horas sin sentirse estresados o agotados.
Los pros y los contras de reuniones más cortas y días más largos
El cambio a reuniones más cortas y jornadas más largas tiene ventajas y desventajas.
Ventajas:
* Las reuniones más cortas son más centradas y productivas.
* Permiten una mayor colaboración y lluvia de ideas.
* Los empleados pueden trabajar más horas sin sentirse estresados o agotados.
* Ahorran tiempo y dinero.
Desventajas:
* Las reuniones más cortas pueden ser menos efectivas para temas complejos que requieren una discusión detallada.
* Las jornadas más largas pueden provocar agotamiento si los empleados no tienen cuidado.
* Hay menos oportunidades para la comunicación informal y la creación de redes.
Conclusión
La pandemia de COVID-19 ha cambiado la forma en que trabajamos de muchas maneras, y el cambio hacia reuniones más cortas y jornadas más largas es uno de los más notables. Si bien este cambio tiene ventajas y desventajas, está claro que la pandemia ha tenido un impacto duradero en la forma en que trabajamos.