1.Sea crítico con la información que encuentre en línea.
Sea escéptico ante la información que parezca demasiado buena para ser verdad, que tenga una carga emocional o que provenga de una fuente desconocida.
2.Comprueba la fuente de la información.
Busque fuentes creíbles cuando busque información, como sitios web gubernamentales, organizaciones de noticias acreditadas y revistas académicas.
3.Considere las credenciales del autor.
Pregúntese si el autor es un experto en el tema sobre el que escribe y si tiene prejuicios o conflictos de intereses.
4.Busque evidencia que respalde las afirmaciones.
¿La información cita fuentes o proporciona evidencia para respaldar sus afirmaciones? Si no, puede que no sea fiable.
5.Sé consciente de tus propios prejuicios.
Todos tenemos sesgos que pueden afectar nuestra percepción de la información, por lo que es esencial ser conscientes de ellos e intentar corregirlos.
6.No compartas información errónea.
Si cree que una información es inexacta o engañosa, no la comparta con otras personas. Esto ayudará a detener la difusión de información errónea.
7.Habla con otras personas sobre la información errónea.
Hable con amigos, familiares y colegas sobre la información errónea y cómo identificarla. Crear conciencia sobre el tema y alentar a otros a ser críticos con la información que encuentran en línea.
8.Apoya a las organizaciones que luchan contra la desinformación.
Hay varias organizaciones que trabajan para combatir la desinformación, como la Red Internacional de Verificación de Datos y Snopes. Apoye a estas organizaciones para ayudarlas a continuar con su importante trabajo.
9.Edúquese.
Comprender cómo funciona la información errónea puede ayudar a combatir su propagación. Lea artículos y libros sobre el tema o asista a talleres o seminarios sobre desinformación.
10.Ten paciencia.
La lucha contra la desinformación es un proceso continuo y no existe una solución rápida. Sea paciente y continúe aprendiendo e informándose sobre el tema.