Las pruebas de las cartas de Vlad el Empalador muestran que pudo haber tenido una condición que causaba que sus lágrimas se mezclaran con sangre.
Si bien existe la leyenda de que Vlad el Empalador (también conocido como Vlad III Drácula) tenía una condición que causaba que sus lágrimas se mezclaran con sangre, no existe evidencia histórica o científica que respalde esta afirmación. La existencia de tal condición es muy improbable y generalmente se considera un mito o una exageración.