1. El cuerpo está preparado. Se limpia el cuerpo y se elimina la suciedad o los residuos de la cara. El cabello se peina y se peina.
2. Se elabora un molde de yeso. Se vierte sobre el rostro una mezcla de yeso y agua. Esto crea un molde negativo de la cara.
3. Se retira el molde de yeso. El molde de yeso se retira con cuidado de la cara. Esto deja una impresión positiva de la cara en el yeso.
4. Se realiza el yeso. Se vierte una mezcla de yeso y agua en el molde de yeso. Esto crea un aspecto positivo del rostro.
5. El yeso está terminado. El modelo de yeso se deja secar y luego se lija y pule. Puede pintarse o barnizarse para protegerlo de daños.
Las máscaras mortuorias se utilizan para diversos fines, entre ellos:
- Preservar la imagen de una persona:Las máscaras mortuorias se pueden utilizar para preservar la imagen de una persona para las generaciones futuras. Esto puede ser importante con fines históricos o simplemente para el recuerdo personal de la familia.
Cree retratos funerarios:se pueden utilizar máscaras mortuorias para crear retratos funerarios. Estos retratos a menudo se colgaban en las paredes de la casa del difunto o se utilizaban como lápidas.
- Estudiar rasgos faciales:se pueden utilizar máscaras mortuorias para estudiar rasgos faciales. Esto puede resultar útil para antropólogos, artistas y otros investigadores.
Las máscaras mortuorias se han fabricado durante siglos. Las máscaras mortuorias más antiguas que se conocen se remontan al antiguo Egipto. Estas máscaras estaban hechas de oro, plata u otros materiales preciosos y se colocaban sobre el rostro de los difuntos para proteger sus espíritus.
En la Edad Media, las máscaras mortuorias se hacían de cera. Estas máscaras eran más asequibles que las de oro o plata y, a menudo, se utilizaban para crear retratos funerarios.
En el siglo XIX, las máscaras mortuorias se hacían de yeso. Los moldes de yeso eran más precisos que las máscaras de cera y podían producirse en masa. Esto llevó a la gran popularidad de las máscaras mortuorias en el siglo XIX y principios del XX.
Hoy en día, todavía se fabrican máscaras mortuorias, pero ya no son tan comunes como antes. A menudo se utilizan con fines históricos o artísticos, más que para retratos funerarios.