1. Compras por conveniencia y por impulso :Los métodos de pago sin efectivo, como tarjetas de crédito, tarjetas de débito y aplicaciones de pago móvil, ofrecen comodidad y facilidad de uso. Esta comodidad puede facilitar que los consumidores realicen compras impulsivas, incluidos alimentos y bebidas no saludables.
2. Inhibición reducida :El uso de pagos sin efectivo puede reducir las barreras psicológicas asociadas con el gasto de dinero. Al pagar en efectivo, las personas pueden tener una sensación más tangible del dinero que se gasta, lo que puede actuar como disuasivo del gasto excesivo. Por el contrario, los pagos sin efectivo pueden crear una sensación de desapego del dinero real que se gasta.
3. Influencia de pares y compras grupales :Los pagos sin efectivo facilitan las compras grupales y el gasto social, facilitando que las personas compren y consuman artículos no saludables en compañía de otros.
4. Recopilación de datos y marketing dirigido :Los pagos sin efectivo generan datos sobre el comportamiento del consumidor, que los minoristas y especialistas en marketing pueden utilizar para dirigirse a los consumidores con promociones personalizadas de productos no saludables.
5. Reducción de la conciencia sobre el gasto :Los pagos sin efectivo pueden hacer que sea más fácil para las personas perder la noción de sus gastos, lo que lleva a un posible consumo excesivo de artículos no saludables.
Es importante señalar que la relación entre los pagos sin efectivo y el consumo no saludable es compleja y está influenciada por varios factores, como comportamientos individuales, niveles de ingresos, normas culturales y la disponibilidad de opciones de alimentos saludables. Algunos estudios han sugerido que los pagos sin efectivo pueden no causar directamente un consumo no saludable, pero pueden amplificar los patrones y comportamientos de consumo existentes.
Además, el impacto de los pagos sin efectivo en el consumo saludable puede variar según los diferentes tipos de poblaciones de consumidores y grupos socioeconómicos. Se necesitan más investigaciones para comprender el alcance total de la relación entre los pagos sin efectivo y el consumo no saludable e identificar estrategias efectivas para promover opciones y comportamientos saludables.