Crédito:Pixabay/CC0 Dominio público
Los inversores bursátiles recuerdan erróneamente sus inversiones pasadas como mejores de lo que realmente fueron, lo que los lleva a confiar demasiado en cómo se desempeñarán en el futuro, según nuestro nuevo estudio.
Investigaciones anteriores han demostrado que los inversores tienden a tener un exceso de confianza. Pero ha habido poca explicación de por qué. Nos preguntamos si una memoria sesgada podría desempeñar un papel.
Así que reclutamos alrededor de 900 inversores, en su mayoría hombres, que dominan la industria financiera, a través de foros y paneles en línea y realizamos tres estudios.
En el primero, hicimos a 401 inversores una serie de preguntas destinadas a estimar su nivel de exceso de confianza, conocer su rendimiento real y determinar con qué frecuencia operan. Para medir el exceso de confianza, registramos cuánto esperaban vencer al mercado durante los próximos 12 meses. Luego les pedimos que recordaran, de memoria, el desempeño de las dos operaciones que tuvieron el mayor impacto en su cartera, ya sea positivo o negativo, durante el año anterior.
Finalmente, les dijimos que buscaran sus estados financieros y nos dijeran cómo se desempeñaron realmente sus operaciones.
Comparamos las cifras que recordaban con las cifras que informaron. Descubrimos que, en promedio, los inversores sobreestimaron los rendimientos de su mayor operación en 4,3 puntos porcentuales y su segunda mayor ganancia en 7,1 puntos. También descubrimos que aquellos que tenían los mejores recuerdos eran los más confiados y tendían a comerciar con más frecuencia.
Nuestro segundo estudio fue similar al primero, excepto que le pedimos a 151 inversores que recordaran hasta 10 operaciones que tuvieron el mayor impacto en sus carteras en 2020 y luego nos mostraran los estados financieros. Con una muestra más grande de intercambios, pudimos aislar y medir los efectos de dos tipos diferentes de sesgo de memoria:"distorsión", cuando alguien recuerda algo más positivo que la realidad, y "olvido selectivo", para ver si podían predecir exceso de seguridad.
Los inversores pensaron que sus operaciones habían ganado un promedio de 8 puntos porcentuales más de lo que realmente hicieron. Un análisis posterior mostró que la distorsión jugó un papel importante en el exceso de confianza de los participantes. Y descubrimos que era mucho más probable que los inversores olvidaran selectivamente sus pérdidas que sus ganancias.
También descubrimos que los participantes con mayores sesgos de memoria, es decir, mayores brechas entre los números que recordaron inicialmente y el rendimiento real de sus carteras, tendían a tener un exceso de confianza y comerciaban con más frecuencia.
En nuestro tercer y último estudio, queríamos ver si una intervención podía reducir el exceso de confianza, por lo que reclutamos a 366 inversores más y les pedimos a la mitad de ellos que revisaran los rendimientos reales de sus estados financieros antes de medir el exceso de confianza. Descubrimos que aquellos que vieron sus rendimientos reales aún esperaban vencer al mercado, pero por mucho menos que aquellos que no habían visto sus operaciones.
Los inversores con exceso de confianza no solo pueden ser un peligro para ellos mismos, sino que también pueden contribuir a fallas masivas del mercado.
Los inversores rebosantes de confianza tienen más probabilidades de endeudarse más, reaccionar de forma exagerada a las noticias y señales relacionadas con el mercado, comprar inversiones sobrevaloradas y cometer errores básicos que sus pares que están menos seguros de sí mismos.
Este exceso de confianza suele ser un factor que contribuye a las burbujas y colapsos del mercado, como la crisis financiera de 2008. Además de acabar con los inversores, el inevitable colapso de las burbujas del mercado repercute en la economía, lo que a menudo provoca impagos de deuda, quiebras de empresas y desempleo masivo.
Nuestros resultados sugieren que la memoria sesgada probablemente contribuya a este exceso de confianza.
Nos gustaría impulsar este trabajo en dos direcciones. Nos gustaría realizar un experimento de campo para ver si podemos reducir el exceso de confianza y mejorar los rendimientos entre los clientes de corretaje utilizando los conocimientos obtenidos de nuestros estudios. En segundo lugar, nos gustaría investigar más a fondo los procesos psicológicos que subyacen a estos efectos.
También queremos comunicar estos resultados de manera más amplia al público para ayudar a los inversores a tomar decisiones más inteligentes para que estén mejor posicionados para proteger y hacer crecer su riqueza.