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A pesar del aumento del empleo femenino y la disminución de las diferencias entre hombres y mujeres en las expectativas profesionales, la brecha salarial de género es persistente. Un análisis en el Journal of Economic Surveys que incluyó 39 estudios relevantes ha examinado cómo los rasgos de personalidad y las normas sociales pueden afectar este problema.
El análisis encontró que los rasgos de personalidad (como la escrupulosidad, la amabilidad o la pérdida de control) y las normas sociales (como las actitudes de rol de género, las políticas de trabajo y familia y el cuidado de los niños) son importantes individual y conjuntamente para analizar la brecha salarial. Explican desde unos pocos hasta una cantidad considerable de por ciento de la brecha salarial de género. Sin embargo, diferentes aspectos de los estudios que se analizaron (como el uso de diferentes definiciones y métodos) dificultan determinar sus contribuciones precisas.
"La desigualdad de género es una preocupación pública, que también se refleja en la brecha salarial de género. Nuestro artículo se centra en dos determinantes de la brecha que se comprenden menos pero que pueden tener implicaciones importantes", dijo la autora correspondiente Claudia Röthlisberger, Ph.D. Fellow en la Universidad de Maastricht, Holanda. "Queríamos arrojar más luz sobre hasta qué punto la personalidad y las expectativas sobre los roles de las mujeres y los hombres en la sociedad pueden explicar la brecha o son una fuente de discriminación".